jueves, 21 de enero de 2016

PATRICIA


Aquella mañana, al abrir los ojos, un poderoso pensamiento y un sentimiento indescriptible se apoderaron de mí. 

Estaba aturdido, mi corazón latía con la furia de mil caballos y me mente giraba alrededor del Universo sin detenerse.

Me levanté tambaleando. 

Llegué al cuarto de baño como pude y sumergí mi cabeza en agua fría. Quería detener aquel torbellino que me sacudía.

Luego de un rato todo comenzó a calmarse, los corceles menguaron la marcha y mi mente tardaba mas en darle la vuelta al Cosmos.

Aterido de frio me sequé y al mirar el espejo la vi, sentí su perfume el cual embriagó mis sentidos. Era su alma.

Y giré rápido pero no estaba.

Confundido terminé de secarme para luego regresar a mi cama.

Y allí estaba ella aguardándome…

Su cabello largo, negro y brillante caía sobre su bello rostro.

Su desnudez era exquisita, sus turgentes senos, su fecundo vientre, su pelvis dorada, sus infinitas piernas me recordaban a Afrodita la diosa del amor.  

Era una suprema obra surgida de las entrañas del Universo, digna de los mejores versos y de la más sutil obra musical de la historia de la humanidad.

Cuando abrió los ojos, su mirada azul rompió con todas las barreras de mi corazón, arrasó con mis miedos, mis dudas, mis dolores.

El amor abrazó mi pecho y  se quedó allí.

De pronto ella se sentó en la cama, extendió sus brazos y con una brillante sonrisa  me dijo:

-FELIZ ANIVERSARIO MI AMOR.-

Con una lágrima rodando por mi mejilla me acerque a ella y solo atiné a decirle:

-TE AMO PATRICIA.-

El beso selló nuestro amor para siempre.

                                                         F     I       N




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