Milagros se quedó dormida en su solitaria
cama de sábanas blancas.
Sueña y sueña que camina y tropieza por el
bosque,
se le cruza gente que conoce pero que no recuerda.
Les grita, quiere preguntarles, pero nadie
la oye.
Cansada, toma asiento a la vera de un cristalino
arroyo.
Y es allí donde encuentra un pequeño cofre
de madera antiguo.
Al abrirlo ve que hay viejas fotografías, son
siete y va a ordenarlas,
sabe lo que debe hacer sin saber por qué.
Toma la primera foto; es el retrato de una
mujer joven y bella
con una pequeña en brazos sentada en la
hamaca del parque.
- ¡Mamá! - dice en voz alta.
En la segunda, una adolescente besando a
su primer novio. ¡Juan!
En la tercera está en una perdida capilla
vestida de blanco, con su amado Rodolfo.
En la cuarta se retrata el dolor y amor que
toda madre siente al dar luz a su hijo.
En la quinta, la mujer está de negro,
frente a dos tumbas en el cementerio, sus padres.
En la sexta no hay nada, una blancura
perfecta, pura, inmaculada.
Se emociona, sabe que todas esas mujeres
son ella, pero aún no lo entiende.
Ensimismada en sus pensamientos, se
sobresalta cuando escucha la voz de Rodolfo.
Lo busca mirando en todas direcciones pero no lo encuentra.
Lo busca mirando en todas direcciones pero no lo encuentra.
-Milagros, acá, en la luz. -
Hace caso y se concentra en un punto
brillante que casi la ciega.
Hasta que comienza a delinearse la silueta de Rodolfo caminando hacia ella.
Hasta que comienza a delinearse la silueta de Rodolfo caminando hacia ella.
Ahora llora, entiende, todo se torna
claro, está segura.
Contempla por última vez la luna, eterna prisionera
del Cielo enamorado.
-Te extrañaré Luna, has iluminado todas
las noches de mi vida.-
Rodolfo se acerca y la abraza con suma delicadeza para decirle:
Rodolfo se acerca y la abraza con suma delicadeza para decirle:
-No llores mi amor, es un momento feliz,
ya he estado aquí,
esta no es la frontera, no es el fin, es
solo una puerta que debemos atravesar.
¿Vamos Milagros? - le preguntó. Ella
asintió con una sonrisa.
El abrazo los unió nuevamente, la calidez
del beso la estremeció,
el calor de la mano de su esposo tomando
la suya la emocionó.
Y caminar hacia la eternidad la enamoró,
era la séptima fotografía.
F I N
Richard
Publicado año 2014 en Falsaria, editado
10-06-19