Es difícil olvidar
cuando recuperaste la memoria,
creyendo que la
habías perdido en el sinfín de los tiempos.
Es difícil
recordar retazos de vida incompletos, recuerdos rotos,
con sus viejos
olores, sus colores deshilachados y amores que ya no están.
Es difícil cuando
querés que se borren los momentos felices
para que no se
transformen en tormentas de nostalgia,
y conviertan a las
noches en oscuridades eternas,
y a la soledad en
tu amarga compañía.
Es difícil
quitarte la pena del alma, sabiendo que nunca se quitará.
Es difícil saber
que está en algún lado, cuando soñaste no extrañar más.
Es difícil planear
un futuro luego de mil futuros planeados.
Es difícil
explorar el dolor sabiendo que los sentimientos estallarán.
¿Es difícil, pero,
sabés que es más difícil?
No recuperar nunca
la memoria pues nada que vivas, tendrá sentido.
No recordar esos
momentos que llegan, te atraviesan y se van detrás del viento.
No tener nostalgia
pues significa que no tuviste felicidad.
No tener momentos
felices que borrar.
No seguir
planeando futuros estando vivos.
No experimentar
los sentimientos por miedo.
No sentir dolor
porque duele.
Por eso, si tenés
que llorar que sea a mares.
Si tenés que
gritar que se escuche por todo el espacio infinito.
Si tenés que
correr que sea hasta que las piernas se acalambren,
PORQUE SI TIENE
QUE DOLER…QUE DUELA. POR ESO ESTAMOS VIVOS.
Richard
14-10-19
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