viernes, 3 de enero de 2020

ESCRIBí EN TU ALMA




Fue en tiempos inmemoriales, sin recuerdos y sin historias,
que escribí las dos palabras en tu angelada alma.
Solo ella puede recordar el lugar y el momento.
Contemplábamos el océano profundo desde un perenne acantilado.

Luego besaste mi alma y escribiste dentro de ella.
Nos besamos secretamente y el cielo se encendió de estrellas.
La luna nos miraba emocionada y los ángeles nos acompañaban,
mientras el viento llevaba nuestro amor hacia algún lugar sin nombre.

-Es el amor que nos enseña a olvidar la soledad, - gritaste.
-Te amaré hasta que la eternidad nos cobije en su infinito seno, - grité.
-En cada vida te encontraré y tomaré tu mano, - gritaste.
-No soltaré tu mano en vida, tampoco en la muerte, - grité.

Y el tiempo se despertó y el espíritu de la vida se alzó.
Aprendimos a enterrar nuestra sangre en la tierra,
en épocas de imperios que se derrumbaban y reyes que caían.
Atravesamos acertijos, desafíos y laberintos en cada era, juntos.

Y hoy, miles de años después, nos encontramos en el mismo acantilado.
El cielo está más azul y las estrellas más fulgurantes.
El viento nos envuelve con una caricia ancestral.
La luna y el sol están juntos, amándose.

Y desnudos sobre la hierba comenzamos a hacer el amor.
Más cuando éramos uno, sentimos como el aire nos mecia suavemente,
llevándonos hacia aquel lugar que soñamos la primera vez.
El placer era infinito y abrazados siendo uno, nos quedamos así.
Para siempre…

Richard
03-01-20






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